Para poder descifrar este dilema, tenemos necesariamente que analizar nuestras opciones frente a nuestra competencia actual; es decir, ¿Qué acción vamos a tomar frente a un escenario cambiante y exigente donde existe un mercado esperando soluciones…?
Lo primero es estar conscientes de nuestra realidad. Seamos honestos con nosotros mismos, identifiquemos nuestras debilidades, nuestras fortalezas, investiguemos, estudiemos a la competencia, ¿qué están haciendo bien?. Dejemos nuestros paradigmas de un lado. Si un competidor está creciendo, y nuestra empresa no, es porque algo no estamos haciendo adecuadamente; debemos identificarlo y clonar esas acciones que les dan éxito a ellos.
Investigar a nuestros rivales podría beneficiarnos; de hecho Samsung copió a Iphone descaradamente y ahora le supera en ventas mundiales. No temamos por superar a nuestros competidores; tengamos miedo de hacer siempre lo mismo, si no mejoramos no creceremos.
Vamos a analizar nuestro dilema desde cada cuadrante las posibles acciones. Tenemos en el eje horizontal a nuestra competencia, y en el vertical a nosotros; ambos tenemos la potestad de invertir o de no hacerlo; ¿Qué ocurre entonces ante nuestras dos opciones?
1er. Cuadrante: TODOS INVERTIMOS.
Hay una rivalidad positiva, es un ambiente retador, todos mejoramos, no permitimos que nuestra competencia se adueñe del mercado, el cliente se ve favorecido, innovamos y mantenemos el espíritu de lucha que nos mantiene vivos y creciendo, dificultamos la entrada de otros competidores, los más débiles desaparecen del sector.
2do. cuadrante: NOSOTROS SÍ INVERTIMOS, Y LA COMPETENCIA NO.
Es el más “bonito” de los escenarios porque entonces nos adueñamos del mercado, tenemos un territorio virgen que podemos explorar. Los competidores que no invierten nos juzgan desde sus propias barreras; pero en realidad deberíamos estar creciendo, ganando dinero, posicionando nuestro producto o servicio. El gran reto es tratar de mantener el servicio con calidad e innovar a pesar de tener poca competencia.
3er. Cuadrante: NOSOTROS NO INVERTIMOS, Y LA COMPETENCIA SÍ.
Este escenario significa que nos rendimos, que no confiamos en nosotros, o que tenemos problemas financieros. En el primer caso es complicado porque suponemos que estamos para crecer; si nos dedicamos a “ordeñar la empresa”; y no invertimos, es probable que sólo sea el comienzo de muchos problemas, y es mejor vender antes de fracasar. En el caso que tengamos dificultades financieras, es recomendable buscar apoyo de expertos y ser creativos en la solución; pero manteniendo el foco en las oportunidades que se nos presenten. Recordemos: “Si haces siempre lo mismo, no esperes resultados distintos”.
4to. Cuadrante: NADIE INVIERTE.
Este escenario es típico en los sectores que están amenazados porque el mercado está en proceso de transformación o de extinción (ejemplo agencias de viaje). Ocurre también cuando existen “problemas de incertidumbre” en la economía, (típico de países con crisis). Ambos generan poco entusiasmo por las dudas, la pregunta es ¿cómo y cuándo retorna el capital invertido? En todo caso la necesidad del consumidor permanece, y debemos satisfacerla. Deberíamos invertir en nuevos medios, nuevas tecnologías, con más eficiencia en la comunicación y en optimizar los costos de la empresa. Si nosotros o los competidores locales no satisfacemos las necesidades de nuestros actuales clientes, seguramente aparecerá un tercer competidor foráneo o un nuevo servicio para hacerlo.
En resumen: si no invertimos y mejoramos nuestras empresas y negocios, estamos dando un paso para mermar ingresos, e inclusive para desaparecer. La demora sólo debe existir cuando te dedicas a estudiar bien cómo vas a ejecutar la inversión. En estos tiempos los mercados han crecido de muchas y distintas formas, con servicios increíbles, con costos súper accesibles. Siempre habrá nuevas formas de hacer las cosas. Lo importante es la disposición a invertir en ellas.
Gracias !!!
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