Después del lenguaje hablado y de la pintura la escritura (el alfabeto) cambio la forma de comunicarnos para siempre; esta nueva tecnología de símbolos para unir palabras dio origen a cambios fundamentales en la sociedad. El conocimiento, la sabiduría y la convivencia fueron transformadas para siempre. Los poetas y cuenta cuentos de aquellos días eran los sabios responsables de la educación, desempeñaban una función de enseñar contando historias reales o no, creando leyendas sobre historias de héroes humanos o super dioses. Se les percibía como eruditos, ya que dominaban la información; y a través de los poemas explicaban conceptos y sentimientos como piedad, falsedad o el amor.
El alfabeto amplió todas las posibilidades, separó a la persona del lenguaje y su acción conjunta. Una vez que un texto estaba escrito ya tenía vida eterna y el sabio poeta dejaba de ser necesario. Esta fue una innovación esencial que cambió el curso del mundo hasta llevarlo donde estamos hoy. Gracias al alfabeto se potenció la crítica, la información, los idiomas, se evidenció distintas culturas y se desarrolló la reflexión, la lógica, así como el pensamiento racional; todo ello sin fronteras de espacio o tiempo.
El lenguaje define la cultura y a cada persona; es necesario entender que los seres humanos habitamos y convivimos en el lenguaje. Somos lo que decimos, y ello nos define; que podemos pensar de una persona actúa como un loco, no es coherente, habla de forma atormentada o se desdice constantemente; en contra parte que podemos interpretar de alguien cualquiera que se expresa correctamente con pausa, donde su lenguaje es coherente y certero. Quiero significar que la expresión del lenguaje nos define como persona y somos interpretados según nos expresemos y actuamos, cohabitando el decir del hacer o pensar.
De manera inmediata se puede interpretar a una persona por lo que dice; y hace falta tiempo para conocerla por lo que hace. La acción inmediata del lenguaje permite juzgar, creando barreras o acercamientos según lo que decimos y la forma que usamos para decirlo. En resumen, debemos considerar como decimos las cosas, ya que ello nos define. Nuestras expresiones, comentarios y comunicaciones crean realidades al momento y se fijan reacciones o posiciones en nuestros interlocutores de forma inmediata.
A partir de nuestra vivencia diaria, de lo que expresamos, de lo que dejamos de lado, de lo que escuchamos, o no oímos de otros, nuestro futuro se desarrolla y es encaminado en un sentido o en otro. Por eso, es tan importante entender de quienes nos rodeamos, que aprendemos, a que le prestamos atención, a quienes escuchamos o qué leemos. El cómo usamos el lenguaje (escrito o hablado) define la forma como somos vistos he interpretado por el entorno, incluso por nosotros mismos. La identidad personal se muestra a los demás a través de lo que decimos, hacemos o callamos.
La real comprensión de nosotros mismos nos puede dar una respuesta clara, concreta y determinada a la pregunta de lo que hacemos, decimos, porque lo hacemos y para que vinimos. Nuestro ser, es un campo abierto al diseño y estamos constantemente aprendiendo y desaprendiendo. Si profundizamos un poco nadie puede decir cómo son las cosas, lo correcto es decir cómo las observamos o cómo las interpretamos.
Según la ciudad, padres, circunstancias, y el entorno en los que nos toco nacer, crecer, y aprender; concluimos sin problemas que las experiencias, dones y cultura de cada uno es muy diferente. Vivimos en realidades distintas basadas en experiencias pasadas y capacidades que explica como cada uno percibe los hechos según cada contexto. Con esto en cuenta, debemos aprender la importancia de bien expresarnos. Existen cuatro verdades, TU VERDAD, MI VERDAD, LA VERDAD DE NUESTRA SOCIEDAD O CULTURA, Y POR ULTIMO LA VERDAD ABSOLUTA O UNIVERSALMENTE ACEPTADA (PARA LA ÉPOCA EN QUE ES PLANTEADA). Eso nos pone en manifiesto la necesidad de ser humildes, para aceptar y apreciar otro punto de vista; ya que no podemos juzgar, incluso el tiempo puede cambiar lo que es universalmente aceptado el día de hoy.
El lenguaje modeló la forma en la que convivimos hoy. Y en ese momento el cambio se ha convertido en parte constante de la vida humana. Nada permanece igual por demasiado tiempo. Hoy día el lenguaje electrónico, y las nuevas herramientas como las redes sociales están perturbando intensamente los esquemas actuales de la misma forma que el alfabeto lo hizo en sus inicios. Pero, con diferencia del pasado, la velocidad de los cambios de hoy en el mundo de la información es extremadamente más rápido he impactante.
Un ejemplo reciente para comparar, podemos usar la tecnología del TV, que tardó casi 50 años en hacerse global y al alcance de casi todos; hoy día la tecnología de los Smartphone tardo casi 3 años en ponerse al acceso del mundo. Preparémonos para el cambio social que tenemos en frente, entendamos el poder que tiene y como eso nos esta afectando, no podemos parar el cambio y tampoco pretender moldearlo a nuestros propios paradigmas, aceptemos el cambio y la necesidad de adaptarnos. Busca entender como te expresas, como realmente eres percibido, que imagen proyectas cuando hablas o como te presentas en las redes… si existe coherencia entre el ser y el decir, vas por buen camino. Dudas? puedes opinar..
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