La (RSE) no va a resolver los problemas del mundo, no va a quitar la pobreza ni tampoco cambiará la forma con la que tratamos a nuestro planeta, y menos en corto plazo; hay muchos que esperan buenos resultados o el retorno de esa inversión social en breve tiempo, y por ello no lo valoran; pero nadie puede objetar su importancia, incluso si se trata de una nueva empresa. Es importante tener en cuenta cómo plantearás los beneficios a tu comunidad. Sin temor a equivocarme podría decir que las fundaciones bien administradas y con buen foco, son muchísimo más eficientes que las empresas promedio; se puede cuantificar valorando el compromiso de sus colaboradores, el ahorro de costes y gestión de sus recursos. La escasez de recursos y el compromiso social, llevan a concebir mucha creatividad para gestionar los procesos diarios, y la mayoría de estas asociaciones se soporta en tecnología para poder lograrlo…

Las fundaciones, las ONG, y las asociaciones filantrópicas organizadas son las “empresas” más eficientes. Las grandes corporaciones de capital privado tienen mucho que aprender de estas empresas, y están copiando muchos de sus modelos de gestión: sobre todo en la gerencia del recurso humano, el control de sus gastos, uso de la tecnología, compromisos con aliados estratégicos, relación con los beneficiarios (clientes), capacidad de innovación, apego a su marca, y sobre todo el compromiso social implícito…
Gerencia del recurso humano: las organizaciones filantrópicas que tienen realmente compromiso social, logran atar a sus colaboradores con lazos muy fuertes; mientras más beneficios directos ofrezcan, mayor será el compromiso de sus empleados, y mejor desempeñarán su labor. Trabajar para causas sociales comprometen a sus gestores con el cuidado de la gestión general de su asociación; son personas capaces de apartar sus intereses para beneficiar los objetivos de la organización donde colaboran. Una vez escuché decir a un profesor del IESA: “A las personas les pagan para que trabajen; no para que trabajen bien”; es una frase devastadora que muchos gerentes tienen que conocer, y debemos reconocer que el compromiso social es un elemento motivador para un cambio de actitud. Este modelo de compromiso social lo están copiando las empresas socialmente responsables para motivar a sus empleados con resultados impresionantes.
Control de sus gastos: La mayoría de las ONG tienen limitado sus ingresos, viven de donaciones privadas, de condiciones comerciales que les favorecen, de recursos auto generados, y/o son beneficiarios de grandes corporaciones; en cualquier caso saben que tienen que administrar bien sus recursos para poder ser sostenibles en el tiempo, y ello pasa por controlar todos los aspectos de sus ingresos, cuidar a sus benefactores, pero sobre todo tener vigilados los gastos, cuidar cada centavo por insignificante que parezca, ya que conocen la importancia que tiene para quienes lo necesitan. La visión de los administradores de estas organizaciones también la tienen todos sus empleados, a quienes les duelen los gastos sin justificación, y son los primeros vigilantes en cuidar los recursos.
Relación con los beneficiarios (clientes): las ONG normalmente no trabajan con clientes, a menos que sea para auto sostenerse; incluso en ese caso se les llama beneficiarios o contribuyentes. Los empleados que trabajan junto a su público objetivo son sensibles a sus necesidades, identifican sus patrones, se comprometen con ayudarles y servirles, generan una relación de lealtad única, que permite fidelidad ante la comunidad, así como el respeto de sus vecinos. Cuando todos los empleados de las empresas privadas vean a sus consumidores de esa forma, será cuando se generará la mejor constancia y solidez en el crecimiento.
Uso de la tecnología: cuando una ONG gestiona sus procesos lo debe hacer con la mayor responsabilidad; requiere la mejor eficiencia, y para ello necesita dotarse de la mejor tecnología que se adapte a sus procesos. No hablamos de tecnología de punta, estamos hablando de la que le permita gestionar sus acciones con los menores costos asociados, que pueda controlar sus ingresos y egresos, que genere la menor cantidad de procesos con la menor cantidad de personas, que le permita relacionarse con sus benefactores y beneficiarios de la forma más eficiente.
Generalmente las fundaciones, por su carácter social, pueden acceder a estos programas a bajos costos, ya que las grandes corporaciones aportan mejores condiciones cuando se trata de estos compromisos sociales. Los empleados que están comprometidos con la labor social agradecen mucho la tecnología para mejorar la eficiencia de sus actividades. Como resumen final de este apartado podemos indicar que la mejor tecnología no siempre es la última o la más reputada; es la que mejor se acople a la gestión diaria, y la que los usuarios necesiten.
Compromiso con aliados estratégicos: Las empresas, al igual que las fundaciones, no trabajan solas. Estas últimas reconocen a sus proveedores, incluso a sus “competidores” como aliados; trabajan de la mano junto a ellos y colaboran para lograr sus propios objetivos. Las ONG que apoyan a causas comunes se segmentan y focalizan en distintos productos a pesar que llegan al mismo mercado; incluso muchas de ellas usan proveedores o recursos compartidos para ahorrar costos. Un ejemplo en la empresa privada de adaptación a este nuevo concepto, son las Corporaciones Farmacéuticas o Editoriales que usan aliados logísticos comunes para hacer sinergias de almacenaje, transporte y distribución. Es decir: foco en el core business, de resto asociados estratégicos comprometidos.
Capacidad de innovación: ¡Las nuevas iniciativas son eficaces!. El dicho popular: “La necesidad tiene cara de perro”, para mí significa que cuando alguien padece necesidades, no conoce de leyes, razonamientos; actúa por impulsos, ignorando normas y paradigmas. En este momento de necesidad la innovación se activa, ya que rompe estándares y la creatividad se impulsa. Muchas ONG crean procesos o generan acciones que las empresas privadas por su rigidez no tienen o no buscan mejorar. Las organizaciones filantrópicas son mucho más innovadoras, flexibles, y están más dispuestas al cambio, que la mayoría de las empresas privadas.
Apego a su marca: Según lo conversado anteriormente, las personas que colaboran en estas organizaciones se conectan de forma auténtica; es por ello que cuando hablan de éstas lo hacen con sentido de pertenencia, hablan en primera persona y se sienten parte de la misma; una fidelidad que no es impuesta por los líderes de estas organizaciones; son sentimientos poderosos de identidad legítimos y puros que generan fidelidad, envidiada por muchas marcas. Esta pasión se trasmite en toda la comunidad; los empleados, asociados y beneficiarios son embajadores que contagian y favorecen el “boca a boca” en su entorno, e influyen en las redes sociales.
Este compromiso social implícito no es exclusivo de las ONG. Existen grandes corporaciones mundiales que han entendido y contagiado a sus empleados en la urgencia y necesidad de apoyar a las comunidades; este enfoque les ha traído grandes ventajas a la hora de impulsar sus ventas, de incrementar el valor de sus marcas, de lograr beneficios fiscales, de crear ambientes de trabajo retadores y, sobretodo, ayudar al que lo necesita de forma profesional. Bill Gate, por ejemplo, es el benefactor social más importante.
Es probable que no cambiemos este mundo con nuestra RSE en esta época; pero los grandes movimientos empiezan con los primeros pasos. Mientras tanto, sí podemos influenciar en nuestro entorno, además de incrementar la eficiencia de nuestras empresas, entendiendo profundamente estos conceptos.
Gracias !!!
Comentários